Las bodas al aire libre regalan a ese gran día un ambiente muy especial. Un jardín como de cuento de hadas, puede hacer que tanto tú, como tu pareja e invitados se sientan inmersos en el romanticismo y la felicidad que deben rodear eso que conocemos como “el gran día”.
Las posibilidades de mobiliario en alquiler para adornar los diferentes espacios verdes son variadas. Desde enormes letras en madera con las iniciales de los novios hasta muebles que al colocarlos en el jardín, le dan un ambiente tipo lounge a la celebración. Las mesas llenas de postres son de las favoritas de los invitados.
Si eres amante de la naturaleza pero sabes que no todos tus invitados te acompañarán a la selva o a la montaña, seguramente te encantará celebrar tu boda en un hermoso jardín cuya ubicación quede lo suficientemente cerca de todos para que puedan llegar a acompañarte.
Por la noche, estos jardines pueden iluminarse de forma especial. La contratación de un decorador y el permiso de los administradores del lugar, serán suficientes si es que deseas ambientarlo con luces para que parezca un bosque encantado. De más está decir, que las fotos en medio de todo ello quedarán majestuosas.
La ceremonia correspondiente al matrimonio civil puede realizarse justo allí mismo. No será necesario que te traslades de un lado a otro. Mucho mejor si logras que todo ocurra en un mismo local. Esta comodidad es tanto para ti como para tus invitados.
Puedes ofrecer los dos ambientes, uno techado en donde coloques la mayoría de las mesas junto a la pista de baile y el destechado donde coloques un pequeño altar o mesa para el matrimonio civil, algunos muebles cómodos y la iluminación suficiente para que tu fotógrafo obtenga los mejores momentos.
Cuando cuentas con el espacio suficiente, la imaginación es el límite. Es tradicional invitar algún talento u orquesta para que toque música en vivo en medio de la velada, y cuando ya la noche y la fiesta hayan avanzado.
Para dar la bienvenida a los invitados puedes colocar un grupo de violinistas que los reciban o incluso pedirles que se paseen en medio de las mesas mientras es el momento de la comida o plato fuerte de la velada.